Parece que después de muchos intentos, la llegada del iPhone 3G consiguío provocar la eternamente esperada explosión de los terminales «inteligentes», «smartphones» o como deseemos llamarlos.
El avance tecnológico que ha supuesto y la llegada de nuevas funciones pueden ocultarnos una de las perspectivas para analizar este fenómeno, la de los operadores de telecomunicaciones. No me gustaría dejar pasar la oportunidad y voy a comentaros mi punto de vista.
En 2008, Movistar introdujo en España el caramelito llamado contrato de datos asociado a la adquisición del terminal (iphone 3G), multiplicando la contribución mensual de cada cliente que anteriormente se «reducía» al compromiso de tarifa de voz. Si Eva no hubiera mordido la manzana hoy en día no estaríamos donde hemos llegado…